La hidratación facial es un tratamiento que consiste en renovar, nutrir e hidratar desde las capas más profundas.
Con este tratamiento obtenemos un rostro más luminoso y con una textura mucho más suave y tersa.
Tener una piel deshidratada trae consigo un aspecto de piel cansada y poco flexible. Suele tener más líneas de expresión, una textura áspera y sin brillo interno.